¿A partir de qué edad se debe empezar a preocupar?

Es a partir de los cinco años cuando los médicos comienzan a evaluar la necesidad de realizar algún tratamiento que resuelva este problema.

En general, es el mismo niño quien pide ayuda de distintas maneras pero suele estar en relación con el comienzo de la edad escolar y su mayor exposición social (1er grado).

Amanecer con la “cama mojada” genera casi sin excepciones, restricciones en las actividades sociales del niño, en especial después de ingresar en la etapa escolar, afectando su autoestima y rendimiento intelectual.

La repercusión del síntoma en su personalidad o en su autoestima puede jugar un rol importante. Todo dependerá de cada niño y cada situación familiar.

La respuesta concreta a este interrogante es que debemos actuar para evitar que nuestros niños sufran.